mala señal en la Iglesia. Significa un movimiento hacia sí mismo y un alejamiento de Dios como nuestra autoridad. Los efectos de este movimiento no se perciben en la primera generación, porque todavía tenemos bastante de los efectos residuales de la Biblia que obran en nosotros para bien. Sin embargo, en la segunda o tercera generación, el poder de las Escrituras se romperá y la voluntad de nuestros hijos y nietos será impotente contra las fuertes corrientes de la cultura popular. “Conoceréis la
Page 4